Cuando estamos en búsqueda activa de empleo, conseguir formar parte de un proceso de selección es la primera de nuestras metas. Una vez conseguimos este primer paso, nos asaltan una serie de dudas, comunes a la mayoría de los candidatos al puesto. Las preguntas más comunes en esta fase son: qué decir en una entrevista de trabajo, la ropa o nuestra actitud en una entrevista de trabajo.
Hoy, intentaremos dar solución a la mayoría de estas preguntas.
La mejor fórmula para dar en la diana en una entrevista de trabajo es tener claro qué está buscando la empresa. Saber cuál es su misión, valores y si compartes o no su cultura empresarial. También qué competencias se declaran como imprescindibles para los candidatos al puesto.
Con ello claro, demostrarás no solo que has prestado atención a la actividad de la empresa y a su historia, revelando un interés mutuo que el entrevistador sabrá reconocer, sino que tus expectativas a largo plazo pueden tener continuidad dentro de la compañía y que compartís una filosofía común.
Sin embargo, qué se busca en una entrevista de trabajo dependerá mucho del puesto que se trate, si bien ningún reclutador se detendrá hasta conseguir trabajadores cualificados para su empresa. Esto es posible gracias a un sexto sentido que posee el recruiter, capaz de leer más allá de una hoja de papel y de las respuestas preparadas o los nervios.
Además de formación y experiencia, tu actitud y habilidades te hacen diferente. Es fácil encontrar currículums que compartan los mismos títulos y cursos, pero es aquello que te hace único, lo que hará que el entrevistador se fije en ti. Saber demostrarlo, hará que consigas el puesto.
Todo habla de ti, como presentarse en una entrevista de trabajo antes de tiempo, o qué eliges de ropa para una entrevista.
Teniendo claro todo lo anterior, solo hace falta tener clara la respuesta a ciertas preguntas comunes a toda entrevista. Como, por ejemplo, por qué quieres trabajar en esta empresa, cómo te ves dentro de 5 años, o qué crees que puedes aportarnos. Aparte de conocerte a ti mismo, que a veces parece la parte más fácil, pero, otras, puede ser complicado encontrar una respuesta válida a dime cuál es tu mayor defecto, original y sincera, sin pasar por un ‘soy muy perfeccionista’.
Con todo, no sonar artificial o preparado en tus respuestas, mostrar espontaneidad y simpatía, o intentar establecer un diálogo con el reclutador, pueden ser buena opción. Al menos serás capaz de romper con la aburrida dinámica de pregunta-respuesta, que no siempre deja descubrir al entrevistar a quien tiene delante.
Por último, los gestos en una entrevista de trabajo también dicen mucho de ti. Aunque no te lo creas, tu cuerpo se expresa igual de bien que tus palabras. Por ello, que éstos estén acompasados a tu discurso, mostrarán sinceridad. Al igual que tu mirada.
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